google.com, pub-3838220590989262, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sólo La Biblia: Yeshúa tomó la maldición de la Torá

Yeshúa tomó la maldición de la Torá

Maldito el que es clavado de un madero. Imagen: examinalotodo.net
Deuteronomio 21:22-23colgado de un árbol… es maldito de Elohim” – Yeshúa fue maldito por Elohim. Toda la maldición de la Torá cayó sobre él en el momento cuando estaba colgado.
 En Gálatas 3:13-14 está escrito:
 Mashiaj nos redimió de la maldición de la Torá, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que en Mashiaj Yeshúa la bendición de Avraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
La Torá no es una maldición, como algunos interpretan este texto. La Torá es una de las bendiciones mayores que nos han llegado desde el cielo. Pero hay maldiciones en la Torá, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 27 – 28. Esas maldiciones son el resultado de la desobediencia a los mandamientos. Yeshúa nos compró libres de las consecuencias de nuestros pecados, que son las maldiciones que están escritas en la Torá. Esto es para todos aquellos que se apropien de la obra de Mashiaj mediante el arrepentimiento y la confianza en Elohim, que suplió nuestras necesidades por medio de la muerte y resurrección de Yeshúa. Al redimirnos, lo cual significa liberarnos por medio de un precio de rescate, como hemos dicho antes, el Mesías tuvo que pagar las consecuencias de nuestras desobediencias a los mandamientos, las maldiciones escritas en la Torá. Todas las maldiciones cayeron sobre él. Todas las enfermedades cayeron sobre él. Toda la ira de HaShem cayó sobre él, como está escrito en Isaías 53:4-6:
Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Elohim y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero HaShem hizo que cayera sobre él la iniquidad de todos nosotros.
Yeshúa tomó nuestro lugar cargando la maldición que nos correspondía a nosotros. Así podemos ser liberados, perdonados y restaurados. El resultado de que Yeshúa tomó la maldición de la Torá es que la bendición de Avraham venga sobre los hijos de Israel e incluso sobre los gentiles.

Si Yeshúa fue objeto de la maldición de la Torá para que la bendición de Avraham llegara a los gentiles, entonces tiene que haber una conexión entre las maldiciones de la Torá y los gentiles. Si la Torá no aplica a los gentiles ¿cómo Yeshúa podía tomar la maldición que correspondía a los gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzara? Si no aplica la maldición tampoco aplica la bendición. Si no hay Torá para los gentiles, no hay maldición para ellos, puesto que la maldición es el resultado de la desobediencia de la Torá. Si no hay ley, no hay desobediencia, y no hay maldición. Yeshúa llevó la maldición para los judíos y también para los gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzase a todos. Esto muestra que los gentiles no están totalmente fuera de la Torá, sino que hay mandamientos escritos en la Torá que aplican a los gentiles.

Gracias a la maldición que cayó sobre el Mesías al ser colgado de un árbol, somos liberados de las maldiciones que nos tocaban por nuestras desobediencias. ¡Baruj HaShem!

Extracto de la Parasha Ki Tetsé, por el Dr. Blad ©

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